Los tubos de luz ultravioleta no son visibles ni dañinos para el ojo del ser humano, no daña las instalaciones pero si tiene un gran poder de atracción para los insectos voladores.
Los tubos se deben cambiar a las 8.000 horas de uso, por que el desgaste de la luz ultravioleta no produce la misma longitud de onda y esto hace que el insecto no sea atraído. Por medio de las lámparas de luz ultravioleta se atrae al insecto, el insecto al penetrar al equipo sufre un concepto llamado bolsa, este efecto se logra cambiando la temperatura interna de la externa logrando de esta forma que el aire sea menos pesado y el insecto no se pueda mantener en el aire y caiga.